domingo, 14 de julio de 2013

Mi perfecto hombre imperfecto ( Modificado)


Me gustan los hombres que toman café. Soy fetichista de las cosas más sencillas y tontas como lo son las pecas en la nariz y en las mejillas. Me pierden las bocas pequeñas con dientes blancos y menudos y el gesto de fruncirla en un acto de timidez.
He de confesar que me encantan los chicos que al sonreir se les achican los ojos y se les ensanchan los pómulos, los que se ruborizan, los que son discretos y educados.
Adoro cuando pronuncian mi nombre en voz baja casi susurrando, cuando se duermen en mis brazos en el sofá y que en vez de roncar respiran de manera imperceptible.
Me gustan los chicos inteligentes, de piel clara, vellos escaso y aire despistado, selectivos, leales y algo desordenados. Torpes pero hábiles. Tiernos pero fuertes. Lunáticos pero centrados.
Que saben como hacerte reir y lo hacen, que saben como hacerte llorar pero se abstienen.
Me encantan los hombres que son chicos y son niños, con la mirada al frente y los pies en la tierra.
Y que por las noches se dejan lamer, besar, arañar, morder y marcar por chicas desbaratadas como yo: con tatuajes, sin pecas en la nariz y en las mejillas y con la cabeza en las nubes.
¿Sabéis por qué?  Porque suele funcionar.
Y además también me gusta tomar café.

ANA ELENA PENA

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