martes, 2 de julio de 2013
Ana Elena Pena
-No le dejes, que te quiere mucho- me dijo mi madre.
Como si el amor bastara. Como si el amor saciara el hambre y la sed, disipara las dudas, desinfectara las heridas, tapara las goteras o desatascara las tuberías. Como si el amor, aún yendo en una sola dirección, te secara las lágrimas, te humedeciera las bragas, te entibiara el vientre y te dilatara las pupilas.
Como si pudiera darte alas, tentáculos, branquias, súper-poderes... Como si fuera la llave mágica que abriera todas las puertas, o la puerta mágica que se abre con cualquier llave.
Aún habiéndolo meditado con cierta madurez, no pude evitar contestarle como una adolescente.
- Es un rollo de tío, mamá. Por mí, puede meterse todo su cariño en el culo-
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