lunes, 3 de junio de 2013

El Principito


“Las personas mayores aman las cifras. Cuando les habla uno de un nuevo amigo nunca te preguntan de cosas esenciales. Jamás te dicen: “¿Cómo es su voz? ¿Cuáles son sus juegos favoritos? ¿Colecciona mariposas?” En cambio, te preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto gana? ¿Cuánto gana su padre?” Y, al obtener las respuestas a estas preguntas, creen ya conocer a las personas. Si decimos a los adultos: “He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo…”, ellos no pueden imaginarse dicha casa. Es necesario decirles: “He visto una casa de cien mil francos”. Sólo así exclaman: “¡Qué hermosa es!”

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