lunes, 3 de junio de 2013

Oscar Wilde


La vida no la gobiernan ni la voluntad ni la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras, y de células lentamente elaboradas en las que se esconde el pensamiento y donde la pasión tiene sus sueños. Quizá te imagines que estás a salvo y te crees fuerte. Pero un matiz casual en una habitación o en el cielo de la mañana, o un perfume particular que una vez te gustó y que te trae sutiles recuerdos, un verso de un poema olvidado con el que de nuevo tropiezas, una cadencia de una obra musical que hayas dejado de tocar..., te digo, Dorian, que es de cosas como esas de las que dependen nuestras vidas.

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