Oscar Wilde
La vida no la gobiernan ni la voluntad ni la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras, y de células lentamente elaboradas
en las que se esconde el pensamiento y donde la pasión tiene sus sueños.
Quizá te imagines que estás a salvo y te crees fuerte. Pero un matiz
casual en una habitación o en el cielo de la mañana, o un perfume
particular que una vez te gustó y que te trae sutiles recuerdos, un
verso de un poema olvidado con el que de nuevo tropiezas, una cadencia
de una obra musical que hayas dejado de tocar..., te digo, Dorian, que
es de cosas como esas de las que dependen nuestras vidas.
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